La realidad es expresión de la esencia. Este cuerpo es templo del Espíritu Uno. todos los sucesos, todos los fenómenos son por si mismos templo del Espíritu. Silenciar la forma es silenciar el intento de atrapar y detener las formas que se suceden, que aparecen y desaparecen, a pesar de nuestro patetico intento de control. El mundo sigue expresandose indiferente, en su terrible y bella realidad.